50 sombras lésbicas

50 sombras lésbicas

Las primeras referencias a la sexualidad lésbica las encontramos en el Antiguo Egipto en los primitivos tratados sobre sexualidad. Desde entonces, a excepción de la Edad Media, existen textos con menciones más o menos directas al erotismo entre mujeres; pero es a partir del siglo XX con Anaïs Nin, una de las primeras representantes de la literatura erótica femenina, donde la novela erótica para lesbianas comenzará a ocupar un lugar en las producciones literarias. Siendo el siglo XXI donde está viviendo su auge.

Desde que en el 2012 Cincuenta sombras de Grey irrumpiera en el mercado literario, han sido muchas las situaciones en las que clientes, amigas, conocidas y no tan conocidas me han preguntado: ¿realmente la literatura erótica sirve para algo?, ¿excita?, ¿existe algún libro parecido para lesbianas? … Hecho que me parece curioso, ya que un gran número de novelas de temática lésbica incluyen en su contenido escenas eróticas y muchas en las que su argumento únicamente gira en torno a las relaciones sexuales que mantienen las protagonistas. Lo que me lleva a plantearme: ¿no está tan extendida la literatura erótica como pensaba? ¿Las lesbianas no leen libros dirigidas a ellas? o ¿existe cierto desconocimiento sobre el tema?

Por cómo funciona la respuesta sexual femenina podríamos decir que la literatura erótica es a la mujer lo que el porno a los hombres. Es por esto que los sexólogos recomendamos la lectura de textos eróticos para la gran mayoría de dificultades sexuales femeninas. E incluso, se ha convertido en un paso indispensable para resolver la ausencia de deseo sexual (cuanto más se piensa en relaciones eróticas más apetece tenerlas). Además, si para ellos existe en el mercado una amplia variedad de porno, para nosotras, homosexuales o heterosexuales, hay una gran cantidad de publicaciones eróticas, para todos los gustos.
A pesar de que la literatura erótica existe desde tiempos inmemorables, se utiliza en la clínica sexológica y hay un gran número de publicaciones, cualquier libro erótico no nos excita. Para que una novela para chicas movilice nuestro deseo o llegue a excitarnos, tendrá que tener algo que se ajuste a nuestras preferencias, gustos o fantasías sexuales o bien algo con lo que sentirnos identificadas o anhelamos como mujeres o amantes. E incluso, en ocasiones, aquello que nos excita, nada tendrá que ver con nuestras predilecciones literarias.
Entre los libros publicados podemos encontrar de todo: más o menos directos en cuanto al lenguaje utilizado, más o menos románticos, con más o menos escenas de sexo explícito, con prácticas BDSM, con intriga, con tramas policiacas (existen bastantes), con primeros amores, “salidas del armario”, relaciones imposibles, finales trágicos o felices… Por lo que no será difícil encontrar alguno que nos encaje.
Recomendar una novela erótica de temática lésbica no es una tarea sencilla; por un lado porque desconozco tus gustos y por otro porque no quiero descubrir los míos. Así que me limitaré a describir brevemente las novelas de varias autoras.
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focodedeseo2. Kim Baldwin

Foco de deseo
Isabel gana un cambio de imagen y a un viaje con todos los gastos pagados junto a Natasha una famosa fotógrafa que se dedica a romper corazones.

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radcliffe4. Radclyffe Serie Honor

Honor  | Vínculos de Honor | Amor y Honor | Guardias de Honor | Honor Reinvindicado | Honor bajo asedio
Esta saga de suspense y acción narra la historia de pasión y amor entre Blair Powell (la hija del presidente de los EEUU) y Cameron Roberts (agente del Servicio Secreto) en la que tienen que hacer frente a innumerables amenazas y escenarios peligrosos. Entre los seis libros podemos encontrar alguno con más escenas eróticas que otro, pero todos ellos tienen contenido sexual.

LINEASDELDESEO

Las líneas del deseo
Cuenta como Kyle se inicia en el mundo de la dominación y sumisión, donde Dane será su guía.

Sin olvidar que si buceáis un poco por internet podéis encontrar multitud de relatos eróticos de todos los estilos. Como dijo Bioy Casares, leer es añadir un cuarto a la casa de la vida y, en este caso, añadirlo a nuestra sexualidad.

Texto: Ana Adán