Existe ficción fuera de las películas y de las series, amigas. ¿Qué te parecería leerte una buena novela? ¿No? ¿Y si te digo que he seleccionado para ti unas cuantas novelas lésbicas? Ah, ahí la cosa cambia.
En realidad es un planazo eso de despegar los ojos de las pantallas arruinandote la vista y ponerte en el sofá con un té caliente, una manta, una buena iluminación y una de las novelas lésbicas que te voy a recomendar en este post. No solo porque leer es un gran ejercicio para potenciar la imaginación y asegurarte un lenguaje rico, sino porque ¡es divertido! Además de poder vivir mil aventuras y ser mil personajes sin salir de tu casa (que no está la cosa…)
¿Empezamos?
Arreglándome la vida, de Mirelle Nathalie Aranguren
Cris sabe mucho de espectros, desde el asperger hasta el queer. Siguiendo su rutina, va al supermercado un sábado cualquiera, donde se encuentra con quien fue su primer flechazo de la adolescencia.
En Arreglándome la vida, Aranguren narra una historia sobre la infancia, la idealización de la familia, de los recuerdos, sobre lo difícil de crecer sin dejarle al pasado ocupar demasiado espacio. Esta obra es una historia de amor, de uno que se creía olvidado, guardado como una fantasía irrealizable. Es la primera parte de un proyecto en el que la autora busca narrar la realidad del colectivo LGBT+ desde la perspectiva de diferentes generaciones y contextos. La intención no es otra que crear compresión de cómo libertades de las que gozamos hoy en día en países como España, no eran más que un sueño hace unos años.
Bollo, de Melani Penna Tosso
Así, poco a poco, con prisas y descuidos, o por el simple paso del tiempo, Nat fue perdiendo, desgastando, las cosas que había heredado de su abuela. Así se pierden los recuerdos, pensaba Nat. El último objeto en perderse es el cuerpo, el último reducto de la memoria, su última caja de zapatos.
Por las páginas del libro se irán sucediendo las historias de las amantes pasadas y presentes con las que ha estado la protagonista. Así, en un diálogo imaginario con Elena Fortún, Emily Dickinson, Virgine Despentes o Rita Indiana, Nat contará la historia de Rakel, que se encarga de luchar contra la explotación sexual en Marruecos; la de Sara, a la que ingresaron a la fuerza en una clínica de deshomosexualización; o la de Mayca, una enfermera que reflexiona sobre las pocas opciones que tienen las mujeres lesbianas para prevenir las infecciones de transmisión sexual.
La guerra de Elisabeth, de Elisabeth Guerra Torres
A todos nos ha arrasado un huracán que nos ha dejado temblando el corazón aun después de haber pasado ya por nuestras vidas.
El mío dejó todo patas arriba y por eso ahora todos mis poemas hablan en pasado.
Porque derramé arte cuando ella decidió marcharse y yo curarme.
La guerra de Elisabeth nos presenta un poemario donde recoge las fases del enamoramiento, las dicotomías de una relación, los claroscuros del amor en forma de verso.
El murciélago y la campana, Marta Sampietro Lara
Historia de un verano, dos desconocidas y tres cuadernos
Lola es una maestra de veinticinco años, inexperta tanto en el amor como en los coches, pero con un corazón ya roto porque Javier, su amor platónico, se ha ido con otra chica. Para curar sus penas, agarra un volante y se lanza a recorrer España. Clara es médica, de treinta y pico años, con las cosas tan claras como su nombre. Tras vivir diversos romances con distintos tipos de mujeres, ha abrazado con serenidad su soltería y su orientación sexual. Se dispone a volar a Tailandia. Una viaja para olvidar un amor y la otra, sin saberlo, para recordarlo.
Esencia de mujer, de Sylvia Gálvez Pletinckx
Sara es una niña de dieciséis años que se enamora de su profesora. Tendrá que luchar por su amor, pasando por diversas mujeres y experiencias sexuales.
Una novela que relata, en una lectura fácil.y fresca, la etapa adolescente. Toca temas actuales como la homofobía, las relaciones imposibles, la superación personal y el amor. Todo ello con la sensualidad y el erotismo de un personaje en plena efervescencia. ¡Dan ganas de leerlo ya mismo!
Matices, Thais Duthie
—Es por la sinestesia. Cada mujer con la que he estado me hacía descubrir un color nuevo que no había visto nunca antes.
Vega es sinestésica grafema-color; es decir, que ve un color único e indescriptible en cada palabra. Comparte ese ligero cambio en la percepción de las cosas con tan solo un 4% de la población, aunque no es por esta particularidad que su cita está siendo un desastre. De hecho, gracias a ella despierta el interés de Alma que, poco a poco, irá empatizando con sus experiencias. A lo largo de una conversación que dura toda la noche, salpicada con la narración de algunos de los encuentros íntimos que ha tenido Vega, descubrirá que los colores esconden algo más que la impresión causada por la luz y que el sentido de la vida depende de los ojos que la miren.
El plan perfecto
Ahora que ya tienes novelas donde poder elegir, puedes empezar a coleccionar novelas lésbicas hoy mismo. ¿Cuáles te gustan más? ¿Las románticas? ¿Los poemarios? ¿Las eróticas? ¿Quizás las que atacan a un contexto social en particular? Sea como fuere, apoyar historias y novelas lésbicas solo hará una cosa: VISIBILIZARNOS. ¡Así que prepara ahora mismo tu rincón de lectura, y a por ello!
Cuéntanos en comentarios cuál es tu novela lésbica favorita de todos los tiempos.
Aquí he encontrado un relato lésbico muy torrido 🙂